viernes, 11 de mayo de 2012

¿Está preparado para ser ‘freelance’ en Prevención?



Y ahora, ¿quién me cuida? Este es el primer temor que asalta a los profesionales que, después de haber trabajado durante una buena temporada por cuenta ajena, deciden ser su propio jefe. Ya sea como empresa unipersonal o creando una compañía, para ser ‘freelance’ necesita valentía, seguridad y tesón porque ahora, papá empresa ya no le cuida.

Si decide independizarse laboralmente ¡felicidades! Por fin va ser su propio jefe. Nadie tendrá que decirle cómo cuándo hacer las cosas, no deberá cumplir un horario y será dueño y señor de sus éxitos y beneficios pero… prepárese. Se acabó la nómina a final de mes, el coche de empresa, los cheques de comida y, si hasta entonces ha trabajado por cuenta ajena, el privilegio de un seguro médico, plan de pensiones o similar. Aquí no podrá cerrar la puerta el viernes a las tres de la tarde y olvidarse del trabajo hasta el lunes. Al menos en los inicios esta es la perspectiva que le espera.



Los tipos de ‘freelance’

Sin embargo, conviene que valore que existen varias tipologías de freelance y algunas de ellas no pasan por crear negocio propio. Joan Torrent, director de la UOC Business School, establece dos tipos:

1. Vinculada al proceso de subcontratación típico de la economía industrial, al trabajo autónomo independiente. “Una actividad freelance que trabaja para una única empresa. Es el típico ejemplo algunas actividades de soporte a la empresa como programadores, comerciales, transporte, periodista o editoriales”. Torrent asegura que en la mayoría de los casos, el mercado ha llevado a los profesionales a esta situación, “no ha sido una elección y no suelen llevarlo bien aunque se mantenga”.

2. Vinculada a la economía del conocimiento, tiene que ver con las redes de actividad. “Los profesionales trabajan en redes de proyectos de negocio con varios clientes y con una generación de valor en línea. Este perfil lleva su ADN ser freelance, le gusta la independencia y no lo cambiaría por una nómina fija. La libertad y la creatividad son las cualidades de su currículo oculto”.



Hoja de ruta

De una u otra manera, el aprendizaje está garantizado y, tarde o temprano, el profesional tiene que cambiar el chip y ser consciente de que el trabajo para toda la vida de la mano de la seguridad que aporta una gran empresa tiene los días contados. Por eso conviene hacer una hoja de ruta para evitar que los asuntos económicos y administrativos acaben minando el futuro de un buen freelance. Éstas son algunas de las recomendaciones que pueden ayudarle:

1. Respaldo económico. Al margen de su situación, es decir, ya se trate de que haya montado su negocio o que trabaje como subcontratado, asegúrese de contar con un colchón económico, al menos de tres meses, que le garantice la supervivencia. Puede que en número de proyectos previstos no se ajusten a la realidad o que los clientes no paguen en tiempo.

2. Gestión y dirección de la actividad. Según Torrent esta es la gran lacra de los freelance que hacen de su actividad su cultura de vida: “Suelen ser grandes técnicos y sus mayores problemas tienen que ver con la dirección estratégica y la gestión de su negocio”. Si es su caso, asociarse correctamente con alguien que cubra esas lagunas es obligatorio.

3. Cultura tecnológica. No debe tener miedo a la tecnología, al contrario, debe aprender a dominarla porque será su principal herramienta de trabajo. Tampoco deje de lado las redes sociales y el cloud computing.

4. Networking. No descuide las Relaciones profesionales. Intente recuperar aquellos contactos que tiene abandonados y consérvelos. Otra buena opción es que aproveche el potencial de eventos de networking para emprendedores y empresarios. Puede conseguir algún aliado y nuevos clientes.


Fuente: http://prevencionar.com/2012/05/10/esta-preparado-para-ser-freelance-en-prevencio/

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