lunes, 9 de abril de 2012

Planes de Autoprotección en Plantas Termosolares en Fase de Obra. Actuaciones de Implantación



Las plantas termo solares, debido al impulso recibido en los últimos años, son actualmente centros de trabajo que albergan un gran número de trabajadores –especialmente en fase de obra- , y, por tanto, precisan de una organización preventiva eficaz, activa y, sobre todo, muy especializada en materia de coordinación de actividades empresariales debido a la concurrencia de numerosas empresas que desarrollan actividades de manera simultánea, pudiendo llegar a albergar puntas de plantilla de hasta 500 trabajadores. Dicha concentración de trabajadores hace necesaria la implantación de un Plan de Autoprotección adaptado a las particularidades de un centro en construcción, con un organización humana preparada y capacitada para completar de manera eficaz y sistemática el diagrama de actuaciones de dicho plan.



MARCO NORMATIVO

Actualmente, por lo expuesto en el artículo 20 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales el empresario, teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de la empresa, así como la posible presencia de personas ajenas a la misma, deberá analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores, designando para ello al personal encargado de poner en práctica estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su correcto funcionamiento. El citado personal deberá poseer la formación necesaria, ser suficiente en número y disponer del material adecuado, en función de las circunstancias antes señaladas.

Para la aplicación de las medidas adoptadas, el empresario deberá organizar las relaciones que sean necesarias con servicios externos a la empresa, en particular en materia de primeros auxilios, asistencia médica de urgencia, salvamento y lucha contra incendios, de forma que quede garantizada la rapidez y eficacia de las mismas.

Además con la aprobación del Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección, se establece un catalogo de actividades que deben contar con un Plan de Autoprotección entre ellas los Centros o Instalaciones destinados a la Producción de Energía Eléctrica de potencia nominal igual o superior a 300 MW,  Instalaciones de generación y transformación de energía eléctrica en alta tensión, o actividades industriales y de almacenamiento con una carga de fuego ponderada y corregida igual o superior a 13.600 MJ/m2, (riesgo intrínseco alto 8, según la tabla 1.3 del Anexo I del Real Decreto 2267/2004, de 3 de diciembre, por el que aprueba el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales).



COYUNTURA SOCIAL FRENTE A REALIDAD PREVENTIVA

La mayoría de las empresas se acercan bastante al cumplimiento formal y documental de la normativa que les es de aplicación en medidas de emergencias, pero carecen de procedimientos internos que adapten el documentación base al organigrama de la empresa, adoleciendo por tanto de la estructura capaz de poner en marcha una serie de actuaciones vitales para obtener la máxima eficacia de dichas medidas recogidas en papel. Es fundamental contar con un programa de implantación que garantice la designación de una estructura idónea por equipos, con unas funciones definidas, con una capacitación teórico-práctica suficiente y con un número de ensayos o simulacros similares a las situaciones reales, de manera que dichos equipos puedan asimilar pautas de actuación y comportamiento útiles para minimizar las incidencias en caso de producirse una emergencia real.


PLANTAS TERMOSOLARES

La situación antes planteada se hace muy patente en grandes obras de construcción donde se examina a diario la disciplina de seguridad en el trabajo, pero solo parcialmente ya que las medidas de emergencia recogidas en los planes de seguridad suelen ser genéricas, sin referencias especificas a las características del centro y sin recursos humanos designados para asumir funciones en el diagrama de actuaciones de dichos planes.

Las plantas termosolares son grandes obras de construcción con riesgos propios del sector industrial. Uno de los tipos de centrales más usuales son las Centrales de Colectores Cilindro Parabólicos. Estas centrales termoeléctricas se parecen más a un central térmica convencional que a una planta fotovoltaica. Una central termosolar tiene dos partes claramente diferenciadas:


  • El conjunto de sistemas específicos, empleados para la captación de radiación y su conversión en energía térmica.
  • Campo solar. Es el conjunto de elementos que captan la radiación solar directa (DNI, Direct Normal Irradiation) y la convierten en elevación de temperatura en el fluido térmico que circula a través de los concentradores cilindro parabólicos. Ocupa la mayor parte de la superficie de la central, y son el elemento clave de captación
  • Sistema de Fluido Térmico Caloportador, o sistema HTF. Es un sistema complejo, compuesto a su vez por varios subsistemas (bombeo, sistema de almacenamiento, expansión, sistema de depuración, anticongelación, recirculación, traceado, etc)
  • El conjunto de sistemas totalmente convencional que convierte la energía térmica en energía eléctrica, pasando previamente por energía mecánica.
  • Tren de generación de vapor
  • Ciclo agua-vapor
  • Sistemas auxiliares (BOP, Balance of Plant), entre los que está el sistema de refrigeración principal, sistema de refrigeración auxiliar, sistema contraincendios, planta de tratamiento de agua, planta de tratamiento de efluentes, sistema de dosificación de reactivos, estación satélite de gas, etc
  • Turbina de vapor
  • Generador
  • Sistemas de alta tensión





SISTEMA HTF- PRINCIPAL FUENTE DE RIESGO

La función principal del sistema HTF es transportar el calor captado por los concentradores hasta el ciclo agua-vapor, para que este pueda generar vapor con el que accionar la turbina.

La razón fundamental por la que se elige el aceite térmico es porque tiene que circular por el campo solar, si fuera agua, a esa temperatura tendría que tener una gran presión, lo que encarece todo el sistema, ya que se deben emplear tuberías más resistentes y bombas más potentes.

El campo de colectores está formado por una gran cantidad de tuberías encargadas de transportar el aceite térmico a todos los sistemas que componente el HTF, son tuberías de acero al carbono, recubiertas de aislante y con una superficie final de chapa galvanizada, que están sometidas a fuertes variaciones de temperatura (dilataciones y tensiones térmicas).

Debido a ello existe un riesgo elevado de incendios en este sistema por rotura de una tubería, al entrar en contacto el aceite térmico con el aislante que envuelve la tubería.

SISTEMAS DE PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS (EXTINCION)

Según la fase en la que se encuentre la obra, en una planta termosolar podemos encontrar extintores portátiles de polvo ABC o de CO2, hidrantes de agua, BIE con espumógeno AFFF incorporado o incluso monitores de agua con espuma.


Lo habitual es encontrarse con que la planta en obras solo cuenta con extintores y que el resto de sistemas PCI no se encuentran operativos. En este caso es necesaria la incorporación de equipos portátiles y móviles de extinción como pueden ser camiones de bomberos nodrizas o adaptar equipos usuales, como cubas de riego, para una posible intervención con agua. Se trata de adaptar mediante racores mangueras de 45 a la salida de la bomba de la cuba con lo cual se dotaría al centro de una fuente inagotable de agua, que no alcanzaría la presión de los hidrantes, pero que sería suficiente para maniobras de defensa, retirada de heridos, refrigeración de almacenamientos combustibles o apertura o cierres de válvulas a alta temperatura.



FASES DE LA IMPLANTACIÓN/FORMACION DEL PLAN DE AUTOPROTECCION

El éxito o fracaso de un Plan de Autoprotección radica en gran medida en el grado de participación tanto de los responsables de la actividad o del emplazamiento, así como de los propios trabajadores que lo ocupan.


Designación de equipos de emergencia

En primer lugar, y tras la elaboración del Plan de Autoprotección, el titular de la actividad, centro, emplazamiento o dependencia, deberá establecer una estructura organizativa y jerarquizada, dentro de la organización y personal existente, que permita fijar apropiadamente las funciones y responsabilidades de todos sus miembros en situaciones de emergencia. Este paso es clave para asegurar la efectiva implantación del Plan de Autoprotección, y garantizar que las personas que van a tener funciones o responsabilidades en su desarrollo son las más idóneas dentro de la estructura u organización con la que se cuenta por parte del titular del centro.

La organización preventiva tendrá la labor de asesorar al titular de la actividad para la correcta asignación de las funciones o responsabilidades establecidas en el Plan de Autoprotección para los distintos equipos de emergencia. Para ello se deben celebrar reuniones para la selección y nombramiento del personal más cualificado por su posición en la estructura de mando, por sus conocimientos de las instalaciones y por su formación en protección contra incendios.



Formación de los equipos de emergencia

Normalmente ocurre que la formación en protección contraincendios es escasa o inexistente, existiendo leves pinceladas de prevención aportadas por los técnicos en prevención de riesgos laborales de la organización preventiva de la empresa. Es importante que tras la designación los integrantes de los equipos de emergencia reciban formación teórica cualificada, con acercamiento a los sistemas de protección contraincendios que van a utilizar y con prácticas de extinción sobre fuego real con cada uno de los equipos.

En dicha formación teórica, además de los conocimientos básicos necesarios, se debe permitir que el trabajador tenga una primera toma de contacto con los equipos que va a utilizar, lo que posibilitará que el trabajador se familiarice con el mismo y pueda realizar cualquier tipo de consulta al formador en un foro relajado.




Formación práctica

La formación práctica complementa la teórica y por tanto dota de capacitación real al trabajador para el uso de determinados equipos. Dicha formación debe contener aspectos tan elementales como son el correcto ensamblaje o comprobaciones a realizar en los equipos de manera previa a cualquier intervención, el orden de las actuaciones sobre el terreno y comportamientos de seguridad en actuaciones grupales.



Prácticas de extinción de fuego real con extintores portátiles.

El primer ejercicio práctico que se recomienda es el uso de extintores con fuego real, para verificar cómo acometer la extinción de un CONATO DE INCENDIO, indicando al personal involucrado en el ejercicio cómo deben aproximarse al fuego, teniendo en cuenta que se realizaba en el exterior, verificando la dirección del viento para realizar el ataque desde una posición protegida. Se imparten en tiempo real instrucciones para la aproximación progresiva y expulsión del agente extintor sobre las llamas mediante movimientos en zig-zag.


Formación teórica


La formación teórica debe ser impartida por formadores de alta cualificación, como pueden ser  los instructores del cuerpo de bomberos que cuentan con experiencia docente a la que pueden aplicar una inmensa mochila de experiencia como bomberos profesionales.


Prácticas de uso de mangueras en hidrantes. Modos de ataque y defensa.

La formación práctica para extinción con mangueras acopladas a hidrantes o a BIEs, debe estar centrada en los procedimientos de uso y el control del chorro de agua según las técnicas de extinción que precise la emergencia. En cualquier caso, estas actuaciones precisan de varios trabajadores, y por tanto de una acción coordinada de acople y preparación de la intervención. Estas maniobras implican riesgos que pueden llegar a ser mayores que los de la propia emergencia si el trabajador no ha recibido una adecuada preparación. En estas operaciones existe una combinación peligrosa de tensión del trabajador que realiza la maniobra y presión en el equipo que va a ser manipulado, por lo que es muy importante conseguir coordinación entre los componentes de los equipos de primera intervención.

La utilización del chorro en modo defensa es muy útil para el control de las emergencias por desalimentación, es decir, por cierre de válvulas que cortan el suministro del combustible que arde. El acercamiento a las válvulas de corte puede resultar comprometido por la cercanía de la llama o la propia radiación del incendio, por lo que la aplicación de un chorro nebulizado, con al menos un ángulo de 45º, crea un muro cortina de protección que resulta infranqueable para la llama a la vez que refrigera las partes de la instalación a manipular.



Prácticas de uso de monitores de agua para depósitos de aceite

Finalmente, y con la planta en servicio, pueden existir monitores de agua colocados estratégicamente en la zona de almacenamiento de grandes cantidades de combustibles para refrigerarlos desde el exterior en caso de incendio. Estos equipos impulsan un gran caudal de agua a elevada presión por lo que precisan de la intervención de varios trabajadores para el control del chorro.  Los trabajadores deben recibir formación práctica en los procedimientos de uso seguro y de regulación de chorro de agua.


Fuente: http://prevencionar.com/2012/03/22/planes-de-autoproteccion-en-plantas-termosolares-en-fase-de-obra-actuaciones-de-implantacion/

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